miércoles, 4 de marzo de 2009

La Cita

Jack y Iris estaban sentados en el sofá. Khab, con una fuente de churros en la mano, intercambiaba recetas con Togashi Mushu, alias “Champú” y junto a Alice, que asistía, como siempre, impertérrita.
Golornojo fecundaba con entusiasmo, en ese momento, la tabla de madera que Khab había usado para deslizarse escaleras abajo; Iris introdujo el champi-DVD en el reproductor.
Roke asistió a cómo la nube de humo exhalado por la pipa formaba una serie de imágenes.
Claudia y Darién, de vuelta en su refugio, observaban aquel cilindro. Parecía estar hecho de una piedra basáltica color verde. Pulsaron un resorte y el cilíndro se abrió con un chasquido. Del interior surgió un champiñón con ojos y una boca sonriente. Y, por lo que parecía, con voz de barítono.
Marôuk escuchó el cántico por aquella voz cristalina con ricos matices graves y bellos agudos, que se deslizaba por la canción como una canoa por las aguas tranquilas de un río. Las imágenes se formaban en su mente.
Donser, en un súbito silencio de su taller, miró aquella canica que le había traído el hada que, ahora estaba inclinado sobre el banco de trabajo, uniendo las conexiones del último dispositivo.

*

El mensaje de Látigo, hijo de Oberón y Titania, príncipe de las hadas de Arkadia y Avalón, por nacimiento, y medio vampiro por gajes del oficio, retumbó en sus mentes.

“Buenas noches, niños y niñas, Desde Avalón, Arkadia, transmitiendo en riguroso indirecto, —vieron la imagen del Malkavian sosteniendo un micrófono—, les emplazó al gran, enorme, mosntruoso, pantagruélico, colosal, filiforme y dendrofílico acontecimiento que es… mi boda.”
Estalló en carcajadas.
“Todo a su tiempo; les invito a que acudan a la brecha en la Realidad que aparecerá dentro de tres noches en mi celda de Arkham Asylum”
“Cuento con Vuzotros”
“Asias. Chimpóm.”
*

Jack y Iris se quedaron mudos. Durante medio segundo. Acto seguido empezó una frenética actividad. Decidieron organizarse, asi que debían pensar en el regalo de bodas, la vestimenta, abalorios, lugar, refugio… se fueron a la ducha, olvidándose de todo, consiguientemente.

Ángelus se encogió de hombros, con una sonrisa torcida. Cogió el patito de goma de la fuente, lo metió en un bolsillo y se dirigió hasta la capilla para acabar de orar por sus nobles antepasados. Algo le llamó la atención… tomó nota mental. Lo dejaría para después de la boda del loco.

El humo se disipó. El hada ya no estaba allí. Roke inspeccionó la sala con sus sentidos totalmente expandidos. Nada. En fin. No tenía ropa adecuada allí. Tendría que llamar a Val, para que viniera.

Marôuk, sentado con las piernas cruzadas acabó de escuchar el cántico. Abrió los ojos felinos que refulgieron en la noche. La muchacha seguía allí. De pronto, ésta, se incorporó, y en mitad del movimiento, se transformó en una pantera, negra como la misma noche, los ojos verdes como esmeraldas. De un lado le pendía una trenza delgada decorada con unos abalorios. Había un brillo de desafío en los ojos. Era lo más interesante que había sucedido en mucho tiempo. El Gangrel sonrió torcidamente y se transformó. Empezó la persecución.

Claudia blasfemaba y renegaba en arameo ante la guasona mirada de Darién. El argentino estaba sentado en el sofá, viéndola corretear de un lado a otro de la casa, descalza y con Noir correteando de un lado a otro, mordisqueándole los talones cual pelota negra saltarina. Blasfemaba por el poco tiempo, renegaba por el vestido y maldecía porque el condenado de su amante se lo pasaba en grande viéndola en ese estado. Dictaba cosas en voz alta y un tentáculo de sombras, provisto de lápiz y papel, tomaba notas mientras que otro marcaba números de teléfono y se lo pasaba a la Lasombra.

Donser contemplo el mensaje una segunda vez, memorizando lo que el loco decía y lo que no, el fondo, el escenario y las imágenes compuestas que fluctuaban en el mensaje. Se veía la casa de Látigo en la Seta Roja, el castillo de Arkadia, blanco y azul bajo un cielo matutino; el monasterio de Avalon, ocre bajo un cielo violeta vespertino, y, finalmente, la mole gótica de Arkham, el sanatorio que se alzaba a lomos del acantilado; alto, impertérrito y arrogante a las tormentas que solían azotarle. Tendría que investigar más.

2 comentarios:

sata dijo...

Pastelitooooo! Golornojo a vuelto hacerle un boquete a la pata de la mesa fornicandosela!

de boda de boda, el macuto nos vamos de boooooooda, de boda de boda, nos vamos de booooooda...(nota musical)


muy buenos los relatos Donnie! quiero mas quiero mas quiero mas mi sedienta de relatos!


Donie siento que tengas que reparar la puerta de entrada se me ha ido la mano con ruperta!...pero ya sabes que a mi no se me da muy bien eso de desvelar contraseñas...
la mia de hoy era SMENITA se la dejo a mi pastelito para que la descifre!

Jack Ryder dijo...

"Si Me Encuentras No Intentes Tirarme Ajos", está claro, Tartita.

Aunque bueno, Donser ya ha cambiado la contraseña... ahora es "lesiess", que como está bastante claro son las iniciales de "Leonor Está Sacudiendo Idiotas En Su Salón". Como en nuestros viejos tiempos, ¿recuerdas? ¿Cuando vinieron toooooodos los Tremere de la ciudad a tomar el té?